Palermo ha sido una ciudad fenicia, griega y romana, capital arábiga, tierra de conquista para los normandos, los franceses, los españoles y los aragoneses. Siglos de historia y de dominación al ha marcado la capital siciliana. Ahora muestra con orgullo los testimonios de su pasado doloroso que revive en toda su grandiosidad a través de todo el patrimonio artístico y arquitectónico adquirido con el paso de los años.
En la llamada Ciudad de las Delicias conviven armoniosamente estructuras muy diversas como las iglesias de gusto barroco, los teatros neoclasicos del siglo XVIII, o bien sus mercados históricos de evidente herencia árabe.
Enmarcadas en esta entrañable ciudad hay 3 visitas obligadas:
La iglesia de la Martorana de Palermo
Construida en el 1143 por orden de Giorgio d’Antiochia almirante de Ruggiero II ha sufrido diversas transformaciones durante los siglos XVI y XVII, aún así conserva su fascinante estilo arabo-normando
La catedral de Palermo
Su construcción se acabó en el 1185 es un inmenso edificio religioso de culto a la Virgen Asunta se construye sobre el sitio ocupado anteriormente por una basílica cristiana transformada en mezquita en el siglo IX y reconvertida de nuevo al rito cristiano por los normandos.
Los mercados populares de Palermo
Los mercados de la ciudad de Palermo son un lugar que nos transporta a otro tiempo, han conservado la fascinación de una cultura dejado imprentas inconfundibles. Los mercados de alimentos como la Vucciria y Ballaró, lugares cercanos a la estación de tren y a la iglesia de la Martorana, son los más visitados de la ciudad, donde el color y el perfume de Palermo, y de Sicilia entera, se huele detrás de cada uno de los puestos ambulantes.